La composición musical hace que nos descubramos a nosotros mismos en diferentes facetas. Como todo es una vibración, por lo tanto todo tiene que tener ritmo y si tiene ritmo tiene armonía y la armonía es una nota y una nota es una onda.
Las vibraciones ayudan al cuerpo a equilibrarse. Es bien sabido que un mantra puede llegar a cambiar el estado de conciencia y abrirte puertas extrasensoriales, además todos nuestros órganos al igual que nuestra frecuencia de pensamiento tienen también su hilo musical y si algo esta distorsionado se puede hablar de incoherencia y falta de armonía. Ahora bien, el arte es una herramienta muy poderosa para conocerse a uno mismo y decidir lo que se quiere en última instancia crear. La música es la máxima expresión de toda creación ya que a través de la música podemos vislumbrar incluso colores. Es por eso que el músico es el mayor arquetipo de mago y el artista siempre fue denominado así. Por lo tanto, si alguien tiene problemas con la expresión de su propia voz que cante y si alguien es torpe en sus relaciones que baile y coja ritmo, así es como uno se sana el alma mientras se divierte. Si se sigue la intuición es mucho mejor ya que pones tus mecanismos subconscientes a trabajar para ti. Es necesario siempre decir lo que se quiere llegar conseguir antes de empezar con esta práctica. Cualquier buen ritual empieza siempre con un dicho, es decir con la palabra, que casualmente es una vibración. Se cierra entonces el circulo perfecto. Es necesario también considerar los silencios entre los tiempos. Los silencios son poderosos.
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