Cada vez somos más los que sentimos que los animales son seres sensibles llenos de sentimientos y privados de su libertad para vivir. Cada vez tenemos más bloqueos para comer animales y entendemos que podemos alimentarnos como originalmente se hacía, de lo que da la tierra y los árboles.
En un mundo caótico y globalizado donde todo tiene un valor y donde todo sale de una cadena, cada día somos más conscientes del saqueo al que está sometido el planeta, saqueo en algunos casos sin ninguna ética.
Por eso estamos empezando a decidir cómo y que consumir. Evitar comer carne devolvería al ecosistema su forma original. Volverían a poblarse tierras y mares. Un gran número de tierras son para criar animales. Estas granjas o piscifactorías además de contaminar muchísimo con sus vertidos deciden cada día la vida de cientos de animales enjaulados destinados al matadero (muchas veces maltratados).
Otro problema que se presenta es que más de un tercio de esa carne va a la basura y nunca es consumida, porque aquí lo que importa es que la rueda gire y cuanto más rápido mejor. Aunque se descarrile e y salten los resortes. Debemos de ser conscientes de que el planeta no nos pertenece, estamos aquí de paso y debemos de ser respetuosos con el medio ambiente.
Es muy fácil ir al supermercado y adquirir bandejas y bandejas de carne sin pensar en cómo ha llegado hasta ahí. Toda una cadena de consumismo contando los plásticos que se emplean en ese proceso, pero eso es cometido de las grandes empresas las que deben de ser ciscientes de lo que estan haciendo y de como estan haciendo llegar el producto a los consumidores.
Los mares también están sufriendo este consumismo capitalista. Mares contaminados, pescado contaminado por tantos y tantos vertidos, donde las especies del mar no les da ni tiempo a hacer sus ciclos de recorridos por los mares, creando así un gran impacto medio ambiental.
Es bien sabido los beneficios en la salud de dejar de consumir carne o hacerlo moderadamente y a ser posible de granjas que lleven una ética con el trato con la naturaleza y con los animales, (hoy en día en internet podemos ver donde localizar esas granjas y en muchos casos la puedes adquirir a domicilio) ya que todos en última instancia somos responsables de contribuir a un mundo más saludable y menos dañino.
4 pero la carne con su alma (o vida), que es su sangre, no comeréis. (Génesis 9:3,4).
La iglesia católica ha evitado siempre responder a este tipo de cuestiones, ya que ellos en sus festividades reclaman sacrificios y comer su carne para celebrar. Pero eso ya es tema para otro artículo. Lo importante es plantearse profundamente el acto de comer carne y hacerse responsable de ese acto. Sea lo que sea, la raza humana está evolucionando en conciencia y está devolviendo a los animales el lugar honorable que se merecen. La evolución siempre es hacia delante y ya lo dijo Gandhi: “la grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que se trata a sus animales”. Y ahora es el momento de adquirir, en cada uno de nosotros esa grandeza.