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EL MISTERIO DE LOS NÚMEROS SUBLIMES
Los misterios y secretos del universo están escondidos y fundados en números. Mesopotamia, india, Egipto y Grecia clásica, son algunos de los territorios en los que se ha encontrado conocimiento en torno a estos. En definitiva, los números nos dan la clave para entender cualquier campo de la vida, además de acercarnos a entender quiénes somos. Pitágoras llega a afirmar “Todo está dispuesto conforme al número”.
Aunque es bien sabido que el número diez ha sido tomado como modelo para construir las sociedades y el sistema, el doce, sin embargo, es el número sagrado por excelencia.
En torno al doce se confieren calendarios, la medición del tiempo, la medición de la circunferencia conformada con 360º con doce divisiones de 30º, La música es dividida en doce notas que son doce sonidos (7 notas y 5 sostenidos o bemoles), encontramos a los doce apóstoles, los doce caballeros de la mesa redonda conocidos también como los doce grandes, los doce signos del zodiaco, doce eran los dioses principales en la Grecia antigua, las doce tribus de Israel, etc.
Además, el doce es una importante medida de división ya que tiene la facultad de medir entre dos y entre tres.
Es por eso que el doce es conocido como número sublime. Un número entero que tiene un número perfecto de divisores incluso el mismo. La suma de sus divisores es también un número perfecto.
Se ha llegado a especular que la forma del universo es un dodecaedro considerándolo como un número de plenitud, unidad, perfección y armonía.
El número doce sigue aún fascinándonos, y quien lo estudia en profundidad puede llegar a comprender muchos de los misterios que nos rodean. Al ser número sublime tiene que ver con la sublimación en términos de psicoanálisis, donde la energía más poderosa adquiere un matiz de magia y de realización, como gran culmen de la creación.
El número doce siempre nos acompañara como un número asociado a la divinidad y al misterio, que da muchas claves para entender cómo operan los ritmos en la naturaleza, enseñándonos los sistemas encubiertos de la vida, de una manera sutil y silenciosa.